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Vol. 28 Núm. 1 (2013): 82, enero-abril
Artículos

Migración, economía campesina y ciclo de desarrollo doméstico. Discusiones y estudios recientes

Patricia Arias
Universidad de Guadalajara

Publicado 2013-01-01

Palabras clave

  • migración,
  • mujeres,
  • economía campesina,
  • ciclo de desarrollo doméstico

Cómo citar

Arias, P. (2013). Migración, economía campesina y ciclo de desarrollo doméstico. Discusiones y estudios recientes. Estudios Demográficos y Urbanos, 28(1), 93–121. https://doi.org/10.24201/edu.v28i1.1440
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Resumen

Con base en la revisión de algunos estudios recientes que se han llevado a cabo en diversas comunidades rurales de las nuevas regiones migratorias, en este artículo se revisan, de manera crítica, dos interpretaciones de los estudios sobre la familia rural: la economía campesina como unidad de producción-consumo y el ciclo de desarrollo de la unidad doméstica. En las condiciones actuales la migración, interna e internacional, desempeña un papel decisivo en las comunidades rurales. Muchos estudios han constatado la voluntad de las mujeres de salir de los grupos domésticos y sumarse a los flujos migratorios por motivos particulares, por situaciones y demandas específicas de ellas; su salida ha contribuido al resquebrajamiento de los sistemas tradicionales de organización y reproducción de la familia campesina.
Las feministas, y más tarde los estudios con la perspectiva de género, criticaron la visión de que las familias rurales constituían unidades de producción-consumo donde las decisiones correspondían a un modelo de estrategias familiares de sobrevivencia y reproducción (Hondagneu-Sotelo, 2007; Wolf, 1990). Ese modelo privilegiaba la homogeneidad, la colectividad, la solidaridad y el consenso, es decir, suponía que en los hogares no había conflictos ni tensiones a la hora de tomar decisiones que a todos comprometían (Ariza, 2007). La familia era una “unidad económica moral” que se sustentaba en los principios de “reciprocidad, consenso y altruismo” (Grasmuck y Pessar, 1991).
Los estudios desde el enfoque de género señalaron que en las familias había relaciones de poder basadas en una distribución jerárquica y desigual de los derechos, recursos y autoridad que afectaban especialmente a las mujeres (Ariza, 2007; González Montes, 2002; Hondagneu-Sotelo, 2007; Wolf, 1990). Las críticas alcanzaron a los estudios migratorios: la migración no era un fenómeno exclusivamente de los hombres, las migrantes no eran apéndices de la migración masculina y sus desplazamientos podían tener motivaciones particulares (Ariza, 2007; Hondagneu-Sotelo, 2007).