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Vol. 1 Núm. 02 (1967): 2, mayo-agosto
Artículos

Educación y desarrollo en el pensamiento económico : primeras fases del industrialismo

Publicado 1967-05-01

Palabras clave

  • Industrialización,
  • Desarrollo económico,
  • Educación y estado

Cómo citar

Ratinoff, L. (1967). Educación y desarrollo en el pensamiento económico : primeras fases del industrialismo. Estudios Demográficos y Urbanos, 1(02), 213–224. https://doi.org/10.24201/edu.v1i02.1575
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Resumen

La idea de que el estado de la economía depende en parte de los niveles de escolaridad de la población no es nueva. Puede decirse, para no retroceder demasiado en el tiempo, que estuvo en las concepciones y acciones de un gran número de políticos del mundo occidental en la segunda mitad del siglo XIX, y en lo que lleva transcurrido el siglo XX. La teoría económica clásica y neoclásica al acentuar la importancia de los recursos propiamente físicos subestimó la participación humana en el proceso productivo. El papel del productor fue por lo general contabilizado como "horas de trabajo". No pueden desconocerse, sin embargo, las reflexiones que diversos economistas aportaron al esclarecimiento del problema. Adam Smith se preocupó especialmente de la educación; pensó que un buen sistema escolar nacional que impartiese enseñanzas racionales y desinteresadas, no sólo contribuiría a evitar la depravación que la excesiva división del trabajo producía en las clases pobres, sino también tendría la función positiva de elevar la inteligencia media y de inculcar esas costumbres ordenadas que eran la base del progreso económico y del buen gobierno civil. Ricardo y Malthus señalaron que a medida que el pueblo concurría a las escuelas se elevaba la capacidad de la gente para someter a control sus impulsos inmediatos. Las consecuencias de la educación eran una organización más racional del comportamiento, el que conducía a una limitación de la familia, y en general hacía hábitos prudentes y mesurados.