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Estudios demográficos y urbanos
Premio Gustavo Cabrera Acevedo, 2004
Oct 17 2019
Se supone que las palabras que a continuación voy a dirigir deberían versar sobre mitrabajo, lo que me costó y lo que aprendí. Pero lo que puedo decir sobre mi tesis seresume perfectamente en una frase de George Bernard Shaw: “Casi todo el mundo puedehacer cualquier cosa cuando no hay más remedio que hacerla”. A Olga Rojas y a SilviaGiorguli les consta que en el seminario de tesis no me quedó más remedio que hacer loque hice como tesis.
El que mi tesis haya ganado el premio se debe en menor medida a mi propio esfuerzo y enmayor medida al esfuerzo de muchos. Les agradezco a todos ellos: al comité organizadorpor motivarnos, al jurado por considerar que mi trabajo merecía llevarse el premio, peroespecialmente gracias por galardonar mi trabajo con el nombre del profesor GustavoCabrera, lo cual es un verdadero honor. Gracias a todos mis profesores por transmitirmeuna parte de sus conocimientos y todo su gusto por la Demografía. Gracias a Esthercitapor aguantarme durante la maestría. En fin, gracias a todos los que me ayudaron.
Sólo quisiera que me permitieran agradecer especialmente al doctor Manuel Ordorica porquea él le debo estar aquí sentado, así de simple, ¡gracias! Manuel no sólo es un excelenteprofesor; para mí y para mis compañeros es también un amigo, un mentor que genuinamentese preocupa por sus estudiantes y nos bien aconseja. Cada vez que iba a su cubículo medecía “la impuntualidad no es bien recibida; todo el mundo valora al que esresponsable”. Intento seguir sus consejos pero como bien saben cedo fácilmente a lasflaquezas de mi voluntad. Ante las tareas de El Colegio llegué a la conclusión de que enalgún país seguramente está penado por la ley dejar tanto trabajo, porque en El Colegiode México, le advierto a la nueva generación, uno se desvela. Yo me esforcé por nohacerlo pero nunca lo logré. Pero El Colegio recompensa con creces las desveladas.
Quiero aprovechar para dirigir unas palabras a los nuevos estudiantes ya que este actotambién es su bienvenida. La educación aquí es muy buena, las instalaciones sonadecuadas, y la organización de la biblioteca es increíble. Pero lo más importante sonlas personas. En la UNAM, por ejemplo, éramos tantos que entablar relaciones cercanascon los profesores era muy difícil. Afortunadamente en El Colegio sucede lo contrario.Al principio uno se siente bajo la lupa pero poco a poco uno comprende que tantaatención es un interés real por parte de los profesores. Interés real en que aprendamos,en que continuemos nuestros estudios, en que consigamos trabajo. Además de losprofesores están los compañeros, que a fuerza de tanta desvelada juntos, terminamossiendo amigos. Y créanme, la única manera de salir mentalmente sano de aquí es siendoamigos de los compañeros; sin importar quién sacó mejores calificaciones, quién lasmerece y quién no. La presión de El Colegio se enfrenta con solidaridad ycompañerismo.
Por lo que les estoy diciendo se pueden imaginar que El Colegio es contradictorio. Es ala vez demandante y hospitalario. Pero no se espanten los nuevos estudiantes; aunque nolo parezca, mis palabras son de bienvenida y una verdadera invitación a que permanezcanaquí. Por eso me voy a permitir leerles un párrafo de la “Invitación diabólia” deldoctor Ricardo Berlanga, quien aquí nos acompaña (lo que es un honor). Ese textooriginalmente tenía la intención de invitar a los estudiantes a acercarse a lasmatemáticas, pero también me parece apropiado para la demografía, y particularmente paraestudiarla en El Colegio.
En el mundo histórico y actual de esta disciplina, nos podemos enfrentar ante problemasfascinantes y variadísimos. Muchos, muchísimos no resueltos y cuya solución será detrascendencia inmediata para todas las sociedades. Insisto una vez más, e insistirésiempre: las Matemáticas [y en este caso la Demografía] es una actividad contemporánea yefervescente donde las delicias de resolver un problema son paradisiacas pero laangustia de sentirse a un paso del argumento crítico y toparse con un muro es elinfierno. Pero esto es lo que hace que valga la pena estar vivo en este mundo tancomplejo y contradictorio. Lleno de maravillas al tiempo que lleno de injusticias.
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Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licenciaCreative Commons
Autor
Carlos Galindo
Egresado de la maestría en Demografía del Centro de Estudios Demográficos y de Desarrollo Urbano de El Colegio de México. Correo electrónico: carlosgl10@yahoo.com.
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